EUROPA
PRESS
20 diciembre
2019
Cosas
que no puedes hacer con tus productos cosméticos, según el Ministerio de
Sanidad
La Agencia Española de medicamentos y
Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha
identificado una serie de malos usos y prácticas de los productos cosméticos
que pueden suponer un riesgo para la salud.
Los productos cosméticos, antes de ponerse en el mercado,
son sometidos a una evaluación de la seguridad para la salud, teniendo en
cuenta el perfil toxicológico de cada uno de los ingredientes, el modo de
aplicación, la información del etiquetado y la población a la que va dirigido
el producto. Esta evaluación debe demostrar que el producto es seguro para su
uso normal o razonablemente previsible. Sin embargo, la seguridad del producto
en otras condiciones de uso no está garantizada.
Por ello, la AEMPS, a través del Sistema Español de Cosmetovigilancia, recepciona, registra, evalúa y hace un
seguimiento de todos los casos de efectos no deseados relacionados con productos
cosméticos que le son comunicados. Tras el análisis de los casos de los últimos
años, el organismo ha comprobado que cierto número de casos son debidos a un
"uso inadecuado" de los productos cosméticos por parte de los
consumidores.
Aunque estos casos son una minoría, la AEMPS indica que
pueden evitarse siguiendo unas pautas generales de buen uso. El organismo
distingue dos situaciones en el uso inadecuado de los productos: por un lado,
el mal uso del producto en sí, como no seguir el modo de empleo indicado en el
etiquetado, obviar sus advertencias o no respetar la 'fecha de caducidad'; y
por otro lado, malas prácticas que modifican las características que los
fabricantes han considerado al realizar la evaluación de la seguridad de sus
productos, como diluirlos.
Prácticas a evitar
"A menudo se diluyen los productos cosméticos con el
fin de aumentar su volumen, mejorar su fluidez o rehidratarlos.
Esta práctica puede contaminar microbiológicamente el
producto y afectar negativamente al conservante al diluirlo. Además, también
puede afectar a la eficacia, seguridad y a la estabilidad de la
formulación", advierte la AEMPS.
Igualmente, piden no mezclar productos distintos que no
están destinados por el fabricante a mezclarse. En estos casos, indican que la
seguridad del producto resultante "no puede asegurarse, dado que sus
ingredientes pueden reaccionar generando otros no identificados, y por un
efecto sumatorio alcanzarse niveles no seguros de ingredientes comunes".
No recomiendan trasvasar el producto a otro recipiente, ya
que se corren dos riesgos: "Que se pierden las garantías de información
del fabricante como la lista de ingredientes, las advertencias, el modo de
empleo y la trazabilidad; y porque la manipulación se incrementa el riesgo de
contaminación microbiológica".
Tampoco aconsejan rellenar dispensadores comunitarios no
reutilizables: "Esta práctica tiene los mismos riesgos que la de trasvasar
un producto a otro recipiente: se pierden las garantías de información e
identificación del producto que figuran en el etiquetado, y se incrementa el
riesgo de contaminación". Una vez acabado el producto, la AEMPS recuerda
que los envases deben ser eliminados, porque "su reutilización no
garantiza un uso seguro, pudiendo poner en riesgo la salud de consumidores".
El organismo también advierte de que los productos
cosméticos no se pueden exponer a temperaturas extremas o a la luz solar
directa, y tampoco manipularlos con las manos sucias, "especialmente
cuando el envase permite el contacto directo del consumidor, como es el caso de
los tarros, ya que se incrementa el riesgo de contaminación microbiana del
producto".
Por último, instan a no compartir productos cosméticos que
pueden estar en contacto con fluidos orgánicos y mucosas, como lápices de ojos o
barras de labios, dado que "puede ser el origen de la trasmisión de
enfermedades infecciosas como, por ejemplo, conjuntivitis o herpes". En
esta línea, aconsejan tirar los productos que presenten alteraciones en su
color, olor o consistencia.